
El autor más que centrarse en el tema de los muertos vivientes (o redivivos) hace que nos preguntemos qué es lo que los seres humanos amamos de nuestros seres queridos: el alma o su cuerpo, cuál de estas dos extrañamos más cuando perdemos a alguien (un hijo/nieto, una esposa/madre, un abuelo/esposo).
Cuando un ser que amamos muere, quisiéramos que todo fuera una mentira, que esa persona despertara y apretara nuestra mano, eso pensamos que queremos, pero ¿de verdad estaríamos preparados si eso sucediera?
Al mismo tiempo se hace la reflexión de qué tan preparados estamos no sólo para perder a algún ser querido, sino para morir nosotros mismos.
Es un texto sencillo, que se puede leer rapidísimo, con momentos de suspenso y ternura.
Yo en lo personal me quedo de las tres historias con la de la del abuelo y su nieto, y creo que en el supuesto, yo haría lo mismo que él, no cuento más por si alguien quiere leer el libro, que no es ni será un joya de la literatura universal, pero plantea una propuesta muy interesante.
Es un texto sencillo, que se puede leer rapidísimo, con momentos de suspenso y ternura.
Yo en lo personal me quedo de las tres historias con la de la del abuelo y su nieto, y creo que en el supuesto, yo haría lo mismo que él, no cuento más por si alguien quiere leer el libro, que no es ni será un joya de la literatura universal, pero plantea una propuesta muy interesante.
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