martes, 1 de noviembre de 2016

De lunas, perros y olvidos.


No, no te he olvidado.

Fuimos otra vida, que vista en retrospectiva parece ajena, pero te tengo presente y le sonrío a tu recuerdo.

Te honro, te vivo y te extraño, porque sé que éste sería un mejor mundo si siguieras aquí.
Ojalá puedas echarte un clavado y vernos, acá todo sigue normal, con tu ausencia, que hace una gran diferencia, pero normal.

No me diste la vida, pero me diste el valor de vivirla, no sé si me explico, no sé si me entiendo.
El mundo quedó mutilado con tu partida, pero continuó avanzando. La música cada día es peor, la calidad de vida también, pero vale la pena, hay cosas buenas, gente maravillosa, historias que motivan, cafés que despiertan, perros que mueven la cola y lunas de película.

Pero no, no te he olvidado, eres parte de mí.

No te he olvidado, te extraño, me haces falta, te añoro, te pienso, pero sobre todo te deseo felicidad, que todo lo bueno del mundo te llegue al doble, que sonrías, que rías, que cantes a todo pulmón, que el clima te sea perfecto, que exista serenidad en tu existencia, que las lunas te maravillen y los perros te meneen la cola, que mis pensamientos te lleguen y que sepas que dejas bien en este mutilado mundo.

Descansa en paz y ten la certeza que sigues en mi corazón, en la parte más alegre y agradecida de él, porque fuiste bueno.


Acá sigo, Arturo Ramírez Sánchez.