lunes, 30 de mayo de 2011

Por si no lo sabías

Pensé en escribirte estas líneas con ternura, después con coraje, quise ofenderte y luego pretendí victimizarme, pero al final decidí escribir la verdad.

Aunque en este momento no estés conmigo, yo confío en que volveremos a estar juntos, y si éste no fuera el caso, aún así, de una manera que quizá muchos no entiendan, seguiremos juntos.

Porque iniciaste algo en mí, porque en muchos sentidos me hiciste despertar, me enseñaste a no tener miedo, no sé si me hiciste una mejor o peor persona, pero si me hiciste alguien más feliz.

Llegaste cuando menos te necesitaba, cuando a mi vida no le hacía falta nada y me enseñaste que aún así siempre hay más, que hay un mundo oculto y clandestino que es visible solo para aquellos que superan el miedo y se dejan seducir por el aroma de lo prohibido, aprendí que los colores más memorables son aquellos que brillan en la oscuridad.

A partir de ti, también descubrí nuevos amaneceres llenos de perversidad y complicidad, el hedonismo máximo que probé no fue el del cuerpo, sino el del espíritu al ponerle alas y darle la oportunidad de volar acompañado.

Ahora te alejas, llegaste como un tornado y te fuiste como una tímida brisa, nos hemos hecho daño, en el arrebato de pasión nos hemos dejado cicatrices que pretendemos cubrir con indiferencia, pero no hay camino nuevo, sólo nuevos pies.

No te guardo rencor, yo he hecho lo mismo miles de veces y sé que no hay maldad en la omisión, y me siento satisfecho y orgulloso de que la primera persona en alejarse de mí y dejarme en espera, hayas sido precisamente tú.

Tu importancia no se medirá por el tiempo que estuvimos juntos, sino por el tiempo que tu influencia tendrá efecto en mí.

Erick Teodorakis

jueves, 14 de abril de 2011

Dualidad

Algunas veces me siento solo, otras demasiado acompañado
Me pierdo mirando al espejo, como quien mira a su asesino directo a los ojos
Quisiera correr, quisiera no estar
Quisiera dormir, quisiera volar

Soy dos personas diferentes

¿Dónde termina el pasado? ¿dónde comienza el presente?
¿Soy quien soy o quien seré?

Siento que el tiempo me alcanza y luego me ignora
No está quien quiero, ni se va quien yo deseo
Cómo hacerlo terminar si nunca ha comenzado
Sobra miedo y falta un motivo

jueves, 31 de marzo de 2011

Otro sueño...

Anoche soñé contigo, mi amigo, fue un sueño raro (como todos lo son) me recuerdo claramente corriendo hacia un lugar donde sabía que estabas, hacia un lugar donde podía encontrarte con vida, donde el tiempo no nos había alcanzado y aún existías.

Me recuerdo llegar, correr entre escaleras y tumbas, buscándote con sofocante ansiedad y alegría, como un niño que busca los regalos en un día de reyes, sólo que estaba consciente que tú, mi regalo, no me ibas a durar, sólo quería despedirme supongo.

Sin embargo, el reloj avanzó y todo comenzó a desmoronarse, sentí angustia, me sentí derrotado una vez más, sin embargo, entre todos los mares de gente que había, pude sentir tu mirada, y entendí que en algún lugar estabas tú, oculto, observandome, así que dejé de correr y pese a que el miedo se apoderaba de todas las personas, yo sólo me quedé ahí de pie, sonriendo satisfecho, porque sabías que no te había olvidado.

viernes, 11 de marzo de 2011

Corazones

Siempre estoy solo
porque no soporto la soledad acompañado
cada que lo intento acabo hastiado
sintiéndome aprisionado
privado de aire, asfixiado
atormentado, reducido y presionado
prisionero voluntario
obligado y sentenciado

De sueños se construye mi realidad
prohibida al juicio externo
es refugio envuelto en serena y demencial oscuridad
donde rio, ardo y nunca mermo

Mi alma susceptible a las pasiones
no las puede compartir
mi espíritu se agita lleno de emociones
de las cuales no es posible huir

Muy oscuro es el camino
que elegido como mío
perdición es mi destino
yo no busco salvación
clamo, demando y exijo
que seas mi perdición

Más el sueño nunca se realiza
obligado estoy a despertar
estoy viviendo de prisa
como para ponerme a pensar
si lo que hago es lo correcto o lo he de lamentar

Corazones ya me han entregado
sin pedir mi opinión
osamentas han colgado
más en mí no han despertado
ni una mínima emoción

miércoles, 9 de febrero de 2011

Memorias

A veces siento la necesidad imperiosa de poder tener la oportunidad de contar la historia de Arturo, su historia desde mi punto de vista o quizá mi historia a partir de él.

Arturo era la persona más impactante que he conocido, podía llegar a una sala llena de gente y todos voltearíamos a verlo a él.

Era un joven atractivo, pero su principal encanto provenía de algo interno, algo que lo distinguía de las demás personas y hacía que todos volteáramos a verlo. Quizá todo residía en su mirada, que era como la de un cachorro que ha vivido abandonado en la calle, era una mirada triste pero cálida y valiente, que hacía que uno quisiera abrazar a esa persona inmediatamente, pero en cuanto nos acercábamos a Arturo era él quien nos abrazaba, y entonces cuando estabas ahí, sentías que ese era el lugar al que pertenecías, te sentías seguro.

Mi amigo se convirtió en una parte tan cotidiana de la vida de quienes lo rodeábamos que, quizá, dejamos de valorar su presencia, sabíamos que él siempre estaría ahí para cuando lo necesitábamos, era como estar en una continua fiesta (y la vida lo era entonces), en la que cada que algo salía mal corríamos a buscar a Arturo, por la simple y sencilla razón que él siempre nos hacía sentir mejor, hasta que un día abandonó la fiesta, sin despedirse, sin que alguien notara como lentamente nos abandonaba, desapareció. No dio explicaciones ni ofreció disculpas, jamás dijo adiós, simplemente se fue.

Y a partir de ahí la vida cambio, mi vida cambio.